Jeff Williams
ha salido por su propio pie tras 27 años en Apple. Su nombre sonaba como uno de los principales candidatos para sustituir a Tim Cook, dejando un vacío en
la línea sucesoria en
uno de los momentos más críticos para la compañía.
Se unió a Apple en 1998 como jefe de compras. Fue nombrado como Vicepresidente Senior de Operaciones en 2010, y asendió a COO en el año 2015.
Contábamos en Xataka que Williams era a menudo considerado como el "Tim Cook de Tim Cook", por su perfil similar y estrecha relación de trabajo con el CEO de la empresa.
Impulsor principal de las iniciativas de salud y bienestar de Apple, líder de desarrollo y lanzamiento del
Apple Watch, y supervisor de las operaciones relativas a la
cadena de suministro, servicio y soporte, Williams tenía en su contra un factor clave para encabezar la sucesión: su edad.
Pero los 61 años de Williams no son una excepción:
son una constante en el núcleo directivo de Apple, que ha permanecido prácticamente sin cambios durante más de una década. Eddy Cue, Phil Schiller o Craig Federighi están abonados (o apunto de estarlo) al club de los 60 años. Tim Cook entró como CEO de Apple a sus 50 años.
Es justo la edad de John Ternus, uno de los directivos más jóvenes de Apple, con dos décadas dentro de la compañía y
potencial candidato a nuevo jefazo en la compañía. En su contra: su experiencia muy limitada como cabeza visible de la empresa.
Llegue quien llegue, lo hará en un momento en el que Apple está quedando atrás en carreras en las que siempre marcó el ritmo.
Acaba de perder el trono de los relojes inteligentes, empuja a la desesperada en China adherida por primera vez a su política de subsidios
para frenar el descalabro en ventas, y
preocupa por sus retrasos y avances discretos en IA.
Quien se quiera hacer con el timón tendrá que afrontar marejada.