Me gusta el fútbol, decía el anuncio. Y para millones de españoles es una verdad como un templo, pero en los últimos tiempos ese amor por este deporte está teniendo un efecto colateral preocupante: está provocando cortes en internet.
Son muchos los clientes de Movistar que se han quejado al no poder acceder a diversos sitios y servicios web, y qué coincidencia, eso solo ocurre cuando hay partido de LaLiga o de Champions.
Los problemas han acabado generando una singular polémica en la que hay varios implicados.
LaLiga es la que solicita el bloqueo de direcciones IP que supuestamente emiten los partidos de fútbol de forma ilegal, y algunas de ellas pertenecen a Cloudflare, que en realidad no las usa para un solo servicio, sino para múltiples sitios web.
Ahí es donde entran las operadoras como Movistar, que son las encargadas en último término de impedir el acceso a dichas IP denunciadas por LaLiga. ¿Qué implica eso? Que si se bloquea esa IP, se bloquea el acceso a todos los servicios dependientes de ella. Al final los usuarios han visto cómo mientras había partido se perdía el acceso a ciertos servicios totalmente legítimos,
aunque había formas de evitarlo.
La situación ha generado
acusaciones cruzadas, pero aun así no está del todo claro cuánta responsabilidad tiene cada parte en esto. Lo que sí es cierto es que los bloqueos de IP
también se utilizan en otros países, y eso nos lleva a una consecuencia preocupante:
están pagando justos por pecadores.